TDAH en niños, la forma de identificarlo

TDAH en niños, la forma de identificarlo

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes en los niños. Se estima que entre un 5% y un 7% de los niños en edad escolar lo padecen. Aunque obtener un diagnóstico pueda causar dudas o inquietud entre los familiares, con la intervención adecuada y un ambiente comprensivo, los niños que tienen 

TDAH pueden alcanzar su máximo potencial.

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¿Qué es el TDAH?

El TDAH se presenta a través de una serie de síntomas que afectan principalmente tres ámbitos: mantener la atención, controlar los impulsos y regular la actividad (hiperactividad).Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), hay tres subtipos identificados:

Predominantemente inatento: el niño tiene problemas para concentrarse, se distrae con facilidad, parece no escuchar cuando se le habla directamente y suele tener dificultades para seguir instrucciones.

Predominantemente hiperactivo-impulsivo: se observa una gran inquietud, habla demasiado, interrumpe con frecuencia y tiene problemas para esperar su turno.

Combinado: presenta síntomas importantes tanto de inatención como de hiperactividad e impulsividad.

¿Cuándo debemos preocuparnos?

Es común que los niños sean inquietos, distraídos o impulsivos en ciertas ocasiones. Sin embargo, en el caso del TDAH, estos comportamientos son persistentes, aparecen antes de los 12 años y afectan de manera significativa la vida diaria del niño en diferentes contextos: en el hogar, en la escuela y en sus interacciones sociales.

Algunas señales de alerta que pueden indicar la necesidad de una evaluación son:

El niño muestra un rendimiento escolar inferior a su verdadero potencial, a pesar de su esfuerzo.

Se distrae fácilmente incluso en actividades que disfruta.

Encuentra dificultad para organizar sus tareas o actividades.

Pierde objetos importantes que necesita para la escuela o el juego.

No puede permanecer quieto en situaciones en las que se espera que lo esté (como en clase).

Interrumpe frecuentemente a los demás o responde antes de que la pregunta haya terminado.

¿Qué causa el TDAH?

El TDAH tiene un origen neurobiológico. Se ha detectado que ciertas áreas del cerebro relacionadas con la autorregulación y la atención funcionan de manera diferente. Aunque se están investigando las causas exactas, se ha comprobado que hay un fuerte componente genético. No se debe a una crianza inadecuada, al consumo de azúcar ni al uso de dispositivos electrónicos, aunque ciertos factores del entorno pueden afectar cómo se presentan los síntomas o cómo se manejan en el día a día.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de TDAH debe realizarlo un profesional de la salud mental (como un psicólogo clínico, psicólogo de salud, psiquiatra o neuropediatra) a través de un examen detallado. Esto incluye:

Entrevistas clínicas con la familia.

Observación directa del niño.

Cuestionarios para padres y maestros.

Evaluación del desarrollo y del funcionamiento emocional y cognitivo.
Es crucial descartar otras posibles razones para los síntomas, como problemas de aprendizaje, ansiedad o ambientes familiares difíciles.

¿Cómo se aborda con la terapia online?

El manejo del TDAH debe ser completo y personalizado para cada niño y su familia. Las estrategias más efectivas combinan:

-Educación sobre el tema

Entender qué significa el TDAH y cómo influye en el niño es el primer paso. Los padres, maestros y el propio niño necesitan recibir información clara que sea adecuada a su nivel de entendimiento.

-Terapia psicológica online

La ayuda psicológica, especialmente la terapia cognitivo-conductual, permite que el niño desarrolle habilidades para organizarse, controlar sus impulsos y mejorar su autoestima. También se trabaja con las familias para fomentar métodos de crianza positivos, establecer rutinas y reforzar comportamientos deseables.

-Intervenciones en el ámbito escolar

La escuela juega un papel fundamental. Modificaciones como ofrecer instrucciones claras y en pasos, proporcionar más tiempo para completar tareas o ubicar al niño en un lugar con menos distracciones visuales pueden hacer una gran diferencia. La colaboración con los maestros es esencial.

-Medicación

En algunos casos, puede considerarse el uso de medicamentos. Los estimulantes (como el metilfenidato) han mostrado ser eficaces en la reducción de síntomas, pero su uso debe ser personalizado y supervisado por un profesional de la salud. La medicación no reemplaza la terapia psicológica ni la educación.

¿Cómo apoyar en casa?

Los padres son figuras fundamentales en el desarrollo de un niño con TDAH. Algunas recomendaciones útiles son:

Establecer rutinas definidas: los niños con TDAH se benefician de una estructura previsible. Tener horarios fijos para las comidas, el estudio y el descanso ayuda a regular su comportamiento.

Dar instrucciones claras y visuales: en lugar de decir “pórtate bien”, es más efectivo decir “siéntate en tu silla y empieza tus tareas”.

Reforzar lo positivo: muchas veces estos niños reciben numerosas correcciones. Es importante reconocer y elogiar cada pequeño progreso o esfuerzo.

Impulsar su autoestima: ayudarles a encontrar sus habilidades, celebrar sus éxitos y recordarles que son más que sus dificultades.

Cuidar la relación afectiva: los momentos de juego, escucha y conexión emocional son tan importantes como cualquier técnica.

¿Qué se puede esperar a largo plazo?

Aunque el TDAH no tiene cura, muchos niños hacen progresos significativos con una intervención adecuada. Algunos síntomas pueden disminuir con la edad, sobre todo la hiperactividad. Con el apoyo necesario, los niños con TDAH pueden convertirse en adultos totalmente funcionales, creativos y exitosos.

Es fundamental recordar que cada niño es singular, y que detrás del diagnóstico hay una persona con habilidades, emociones y un gran potencial. Un enfoque comprensivo y un acompañamiento respetuoso son la mejor base para su crecimiento.

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