En algún momento de nuestras vidas, todos sentimos tristeza, fatiga o falta de energía. Estas emociones son parte de ser humano. Sin embargo, cuando estos sentimientos se mantienen y afectan nuestra vida diaria, podríamos estar enfrentando un episodio de depresión. Reconocer los signos de la depresión es el primer paso para buscar ayuda y empezar un camino hacia la recuperación.
Sesiones 70 €
Psicólogo online
¿Qué significa la depresión?
La depresión es un trastorno que impacta nuestras emociones, nuestro cuerpo y nuestra mente. No se trata solo de sentir tristeza. Es una condición compleja que puede cambiar cómo pensamos, sentimos y actuamos, interrumpiendo nuestro día a día de manera significativa. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 280 millones de personas en todo el mundo padecen de depresión, lo que la convierte en una de las principales causas de discapacidad.
Diferenciando tristeza de depresión
Es natural sentirse triste tras perder algo, sufrir una decepción o vivir una situación difícil. Esta tristeza suele tener un motivo claro, es pasajera y no impide realizar nuestras actividades cotidianas. Por otro lado, la depresión puede aparecer sin una razón obvia, o puede prolongarse más allá de lo esperado después de un evento complicado. Además, frecuentemente viene acompañada de otros síntomas, como un cansancio persistente, desinterés, problemas cognitivos o alteraciones en el sueño.
Síntomas emocionales de la depresión
Los síntomas emocionales son los más comunes, pero no son los únicos. Pueden incluir:
-Tristeza constante: Un sentimiento de vacío o desánimo que se experimenta gran parte del día, casi todos los días, y que no mejora con cosas positivas.
-Pérdida de interés o placer (anhedonia): Las actividades que antes disfrutábamos (socializar, hobbies, hacer ejercicio, comer) ya no brindan satisfacción.
-Sensación de desesperanza: La persona puede ver el futuro de manera negativa, con pensamientos como “nada mejorará” o “no hay forma de salir de esto”.
-Sentimientos de culpa o inutilidad: Es habitual tener una autocrítica dura y desmesurada. Frases como “no sirvo para nada” o “todo es mi culpa” son comunes en su diálogo interno.
-Irritabilidad o ansiedad: Aunque a menudo se relaciona con la tristeza, la depresión también puede presentarse como irritabilidad, inquietud o preocupación constante.
Síntomas físicos y mentales
La depresión también afecta el cuerpo y la mente, manifestándose a través de:
-Alteraciones en el sueño: Insomnio (dificultad para conciliar el sueño o despertarse temprano) o hipersomnia (dormir más de lo habitual sin sentirse reenergizado).
-Cambios en el apetito y el peso: Algunas personas pierden el apetito y bajan de peso; otras comen demasiado, buscando consuelo en la comida.
-Fatiga y falta de energía: La sensación de estar constantemente cansado, incluso después de descansar, es uno de los síntomas más limitantes.
-Dificultades para concentrarse: La persona puede tener problemas para decidir, concentrarse o recordar información.
-Lentitud psicomotora o agitación: Algunas personas pueden moverse o hablar más despacio, mientras que otras podrían sentirse inquietas sin motivo claro.
Síntomas conductuales y sociales
Los cambios en la forma de actuar y de relacionarse con otros también son señales de depresión:
-Aislamiento social: Muchas personas tienden a distanciarse de familiares y amigos, evitando el contacto y disminuyendo su vida social.
-Desempeño laboral o académico deteriorado: La falta de motivación y energía puede resultar en ausencias, poca productividad o mal rendimiento.
-Descuido de la higiene o el aspecto personal: En situaciones más graves, la persona puede dejar de cuidar su apariencia o sus necesidades esenciales.
-Pensamientos de muerte o suicidio: En los casos más serios, pueden surgir pensamientos de no querer vivir, sentir que los demás estarían mejor sin uno, o incluso planificar hacerse daño.
Causas y factores de riesgo
La depresión tiene múltiples causas. Entre los factores más frecuentemente mencionados están:
-Genética y biología: La predisposición familiar y ciertas alteraciones en neurotransmisores como la serotonina o la dopamina influyen en la aparición de síntomas depresivos.
-Eventos vitales estresantes: Pérdidas, rupturas, enfermedades, desempleo o problemas económicos pueden desencadenar un episodio depresivo.
-Factores psicológicos: Formas de pensar negativas, baja autoestima, perfeccionismo o traumas infantiles pueden aumentar el riesgo.
-Condiciones médicas: Algunas enfermedades crónicas (diabetes, problemas cardiovasculares, trastornos hormonales) están relacionadas con mayores tasas de depresión.
-Consumo de sustancias: El abuso de alcohol o drogas puede generar o agravar la depresión.
Cuándo pedir ayuda profesional online
Si los síntomas han durado más de dos semanas y afectan de forma significativa el trabajo, los estudios, las relaciones o el bienestar en general, es crucial buscar ayuda. La depresión no es una debilidad de carácter, ni algo que se soluciona solo «poniéndole ganas». Es una condición que se puede tratar, y cuanto más pronto se detecte, más efectivo será el tratamiento.
En nuestro centro de psicología, ofrecemos evaluación clínica y apoyo terapéutico personalizado para tratar los diferentes tipos de depresión: desde episodios leves hasta trastornos más complejos como la depresión mayor, la distimia o la depresión posparto.

Tratamiento y esperanza de recuperación
El tratamiento de la depresión puede incluir:
-Psicoterapia: Especialmente, la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) ha mostrado gran efectividad en cambiar los pensamientos negativos y en desarrollar estrategias de afrontamiento.
-Psicoterapia interpersonal: Se centra en resolver conflictos o dificultades relacionales que mantienen los síntomas.
Tratamientos biológicos: En ciertos casos, puede ser necesario recurrir a antidepresivos, siempre bajo la supervisión y recomendación de un médico.
-Cambios en el estilo de vida: Mejorar el sueño, la alimentación, hacer ejercicio y gestionar el estrés puede ayudar mucho en el proceso de curación.
Cada individuo es diferente y, por lo tanto, el tratamiento debe ajustarse a cada persona. La recuperación es posible y, con el tratamiento adecuado, la mayoría de las personas experimenta una mejora significativa.
Conclusiones
La depresión puede apagar la alegría, la esperanza y la conexión con uno mismo y con los demás. Sin embargo, también es una oportunidad para reflexionar y emprender un camino hacia la sanación. Si tú o alguien cercano muestra síntomas como los mencionados, no te encuentras solo. En nuestro centro de psicología, estamos aquí para apoyarte con respeto, escucha y profesionalismo.
Busca ayuda. La salud mental es lo más importante para tu bienestar.